Jorge Noguera, también conocido como “Popeye, es ingeniero de sonido, músico y sonidista. Empezó muy joven en el ámbito de la música, inicialmente en temas de equipo de sonido, y poco a poco se fue convirtiendo en uno de los ingenieros más reconocidos en el país. Por acá les compartimos la entrevista que le realizamos y un podcast en el que hablamos de las bandas, la escena y su el aspecto comercial.

1. Desde hace mucho tiempo sos parte de la escena musical nacional. ¿Cuándo entras en el ámbito de la música y por qué?

Es mi historia favorita de la vida. En resumen, los amigos de mi adolescencia vivían en el barrio Miraflores en Guadalupe. Yo no, pero El Pato, mi primillo, sí. Yo dormía mas ahí que en mi casa y una tarde Rafa me dice: “mae, ¿quiere ganarse 3 rojos?” y yo “vamonoos”. Era un chivo en el Planet Mall. Ahí arranqué jalándole chunches a Luis Diego Avellán. Lo demás es otra historia.

2. Tu especialidad es la ingeniería de sonido. ¿A dónde estudiaste o cómo fue tu formación? 

Después de arrancar con Avellán supe de inmediato que me encantaban los cables y las perillas. En ese tiempo no existían las consolas digitales y un chivo por pequeño que fuera exigía conocimiento en ruteo. Entradas, salidas, buses, efectos, auxiliares etc., todo se conectaba físicamente con cable; era un desmadre. Eso me facilitó el concepto básico de la cadena de señal.

No me considero un ingeniero porque no estudié y no le vamos a quitar el mérito a los que sí. Sin embargo, debo decir que el trabajo en la calle ha sido una gran escuela para mí. Como te comenté, tuve el privilegio de aprender en una época en la que los conceptos estaban ahí al frente, no en pantallas, así que cuando vi por primera vez el rack de sintes de Reason no fue un gran problema.

La transición a digital fue fácil y muy divertida, aprendí lo que pude cuando trabajamos con Marito Le Pop y reforcé en el camino como te digo a punta de trabajo y horas de investigación. En fin, desde la primera vez que me vi frente a un mixer confié en mi instinto y vocación y le he entrado sin miedo a cada uno de los retos: agradezco a todos la confianza.

3. Para vos, ¿cuál es el principal reto que tienen las bandas nacionales?  

Mantenerse juntos. Al igual q una relación de pareja, una banda que logre mantenerse unida por años es digna de aplaudir.

4. Y a nivel de escena, ¿cuál te parece es el mayor desafío? 

El mayor desafío es, sin duda, crear audiencia; salir un poco de la zona de confort para darle a nuevos oídos algo de lo que quieren escuchar. Oigo comentarios a diario refiriéndose a Ricardo Arjona como una porquería, eso es decepcionante.

5. De los proyectos en los que has estado involucrado, ¿cuál ha sido tu favorito y por qué?

Esta es fácil. Le Pop, no por lo musical, aunque debo decir que fue un proyecto hecho sin referencia alguna. Lo que trajo Le Pop a mi vida son mis hermanos, Mario, Kelso y Luis, y la mujer que hoy es la persona con quien comparto mi vida y me impulsa a mejorar día con día: Stellita.

6. En este momento, ¿en qué estás trabajando? 

Terminando un EP de Sonámbulo, terminando el disco de la banda de Pablo Rojas, Hijos, grabando con la banda de uno de los percusionistas de Sonámbulo Raku Yaki, en pre-producción con una banda nueva nueva Yau, entrando a los preliminares de Magpie Jay y Voodoo.

7. Finalmente, ¿qué planes tenés para el futuro? 

Darle seguimiento a estos proyectos para adaptar el sonido logrado en el estudio a la presentación en vivo. El resultado logrado en bandas como Voodoo, Hijos y el mismo Magpie son ejemplos de ese proceso.