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Iggy Pop ha escrito un nuevo ensayo inmortalizando a su fallecido amigo y colaborador, David Bowie. En los días inmediatos a la muerte del astro, Pop rindió tributo al Thin Whit Duke con una sentida reflexión:

“Él me resucitó. Fue más un benefactor para mi que un amigo, en una manera distinta a la que la gente piensa sobre la amistad. Hizo un esfuerzo adicional para proveerme un mejor karma a mi”.

Ahora, para la última edición impresa de Rolling Stone, Pop ha elaborado más sobre su relación con Bowie, específicamente relatando sobre su impacto musical.

“Aprendí mucho de él. Escuché a The Ramones, Kraftwerk y Tom Waits de primero por él. También tenía cierto rigor. Si él veía algo en otro artista que admiraba y ese artista no aprovechaba eso, no tenía problema en decir, ‘Bueno, si no vas a hacerlo, yo lo haré. Haré esto que tú debiste haber hecho’. Y era algo muy válido… 

“David no era una persona que desperdiciaba la música: Nunca botaba una idea. Escuché su canción de 1980, ‘Scary Monsters (And Super Creeps)’ cuando estaba en una casa de Sunset Boulevard en 1974. Se llamaba ‘Running Scared’ en ese momento. Estaba tocándola en la guitarra y quería saber si yo podía hacer algo con ella. No pude. Él siguió trabajándola. 

Esa es otra gran lección que aprendí: no deseches ideas”.

En 1972, Bowie confrontó a Iggy sobre su escalonada drogadicción, motivándolo a que se mudara de Londres para trabajar en su música. Entonces, se unió a James Williamson para formar lo que sería la opus magna de The Stooges, Raw Power, la cual fue mezclada por el mismo Bowie. 

Tres años después, Bowie y Pop se mudaron a Berlin para trabajar juntos con la esperanza de alejarse de las drogas por siempre. Cuando no estaba grabando su propia trilogía de discos, Bowie trabajó con Pop en su debut solista, The Idiot y su continuación, Lust For Life.

Lean el tributo completo en Rolling Stone (en inglés) por acá.

Vía CoS.

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