Por: Lithus Arrieta Pérez
Hace unas semanas tuve la oportunidad de conversar con Leonardo Valverde, un músico con una carrera bastante reconocida en Costa Rica y con muchas ideas artísticas en su cabeza que si bien le ha costado aterrizarlas, tienen mucho que ofrecerle al mundo.
Leo como muchos lo conocen, ha sido integrante de distintos proyectos musicales como por ejemplo, Ale Fernández y la Suite Estéreo, Times Forgotten y 424, sin embargo hace una década comenzó a producir música que hasta ahora no había visto la luz.
El álbum debut de su proyecto solista V.Lander, lleva por nombre Colina y aunque parezca mentira, tuvimos que presenciar una pandemia para poder disfrutar de este disco en todas las plataformas habituales de streaming digital.
“Darle unidad, consecuencia, sentido y concepto al álbum fue una tarea muy difícil. El disco lo terminé de grabar en el 2018, pero en los últimos años, decidí sacar varias canciones que no pude resolver y las sustituí por otras que me ayudaron a darle unidad al disco”, me mencionaba Leo en una entrevista por Zoom de casi dos horas, en la que se tomó el tiempo de explicarme detalles inéditos de esta producción.
Colina es un compilado de canciones que comenzaron a componerse hace aproximadamente ocho años y que representan diferentes momentos de la vida de Leo, quien decidió confiarle una parte de esta producción a su gran amigo y colega Giancarlo Tassara, productor de Miut Audio.
No obstante, este LP pasó en total por cuatro estudios diferentes; un estudio profesional y tres estudios caseros autogestionados.
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“Mi objetivo era muy claro, yo tenía que hacer algo que yo estuviera completamente seguro que me gustaba todo”, agregaba Leo mientras me explicaba por qué desechó algunas canciones.
Esta producción que tiene tintes ochenteros y noventeros que oscilan entre baladas pop y canciones electroacústicas que evolucionan rápidamente, se entremezclan con otras más rockeadas, modernas y me atrevo a decir que hasta cinematográficas las cuales inducen a un viaje introspectivo y que reflejan la sensación que deja ver el arte del disco.
La portada es una pintura llamada “Full Color Shadow”, que forma parte de una serie de obras del artista nacional Fabián Monge, quien permitió que el músico y diseñador costarricense Felipe Pérez le hiciera una intervención digital.
Cabe mencionar que este álbum cuenta con la participación de distintos artistas costarricenses, quienes sumaron su parte a la colorización sonora del disco, por ejemplo: Elena Zuñiga en los cellos, Randall Nájera en los violines, Juan Carlos Pardo, Felipe Sáenz y Manuel Mora en las baterías.
“Yo me siento super afortunado porque en todos estos años me ha tocado trabajar con músicos increíbles. Si tuviera que decir si mi carrera musical ha sido exitosa o no y defino que si, creo que ha sido por compartir experiencias y aprender de personas tan talentosas como ellos”, dijo Leo al expresar su gratitud con la participación de cada uno de estos artistas.
El disco debut de V. Lander tiene mucho que enseñarnos sobre la paciencia y la determinación a la hora de producir, puesto que a veces puede tener más valor un álbum bien producido que nos llene el alma de paz, que tres canciones apresuradas que quieren ver la luz a un 60% de su capacidad total, sin embargo esperamos que no pasen otros ocho años antes de escuchar nuevo material de Leo.