La Guacima recibió este domingo a un músico que prefiere un concierto con cero plástico que un sold out, que canta sobre cómo estamos destruyendo el planeta y propone acciones para recuperarlo, que utiliza la música como una herramienta para la acción social y que sabe cómo ganarse el corazón de su público con una guitarra, una sonrisa sincera y humildad.

A kilómetros de la costa y sin el calor de la playa, Jack Johnson encontró la forma de sentirse como en casa en su concierto en Parque Viva. El cantautor de folk rock oriundo de Hawái regaló una velada íntima en su primera vez en el país y cantó sus mejores éxitos vistiendo ropa casual y unas sandalias.

El 10 de noviembre fue el día en que por fin miles de costarricenses escucharon en vivo las canciones que tantas veces dedicaron estando enamorados. Desde las líneas emotivas de “Better Together” hasta los versos sutiles de “Belle”, el setlist del estadounidense incluyó canciones como “Taylor”, “Sitting, Waiting, Wishing” y “Upside Down”.

El artista costarricense Arturo Pardo fue el encargado de abrir la noche y aprovechó para presentar material de su nuevo proyecto solista. “La oportunidad de tocar en el concierto de Jack Johnson me trajo demasiadas emociones, desde nervios hasta felicidad pura. Ahora que ya pasó el concierto, me siento muy complacido de haber podido compartir mis canciones frente a un público que no me conocía y que sentí atento y presente. Eso fue un gran premio”, dijo Pardo, quien fue acompañado por el músico tico Ale Fernández

Puntual y sereno 

Al ser las 7:40 p.m. se iluminaron los bombillos fabricados con plástico reciclado que adornaban el anfiteatro y Jack Johnson salió a escena con un carisma que derramaba confianza, misma que ayudó al público a sentirse cómodo. Inició el concierto con “If I Had Eyes”, sexta canción de su quinto álbum de estudio, Sleep Through The Static (2008).

Johnson puede animar un estadio entero con solo su voz y una guitarra, pero para el concierto en suelo nacional trajo a su banda (piano, bajo y batería), la cual se lució con solos atrevidos, armonías sutiles y mucha elegancia. Su pianista, Zach Gill, fue uno de los más ovacionados de la noche; un músico de ese calibre no pasa desapercibido. Gill dejó claro que maneja una caja de voz robusta y entrenada, no menos increíble que su don con las teclas.

“Sunsets For Somebody Else”, “Flake”, “You And Your Heart”, “Go On”, “Inaudible Melodies”, “Wasting Time” y “I Got You” fueron algunas de las piezas con las que el estadounidense marcó cancha en La Guacima, generando un espectáculo que se sentía placentero pero efusivo. La emotividad encontró un espacio para cobijar al público con las canciones de Johnson, ya que cada tema se sintió cercano, sincero.

Cuando Jack sacó su Ukelele, empezó el mood romántico que muchos esperaban. “Breakdown” fue la canción que inició la segunda parte del concierto, una más suave, delicada y -aún más- íntima que la primera. El cantante logró conectar la canción “Belle” con “Banana Pancakes” con mucha finura y su pianista aprovechó el momento para lucirse con el acordeón. Sobra decir que las canciones del disco In Between Dreams (2005) fueron de las más aplaudidas .

El hawaiano no desaprovechó ninguna oportunidad para mostrar el cariño y empatía que tiene por sus seguidores. Desde responderle un te amo a una fan hasta abrazar la bandera de Costa Rica que le pasó alguien del público, las acciones de Johnson le permitieron robarse el corazón de miles de costarricenses. Hasta se tomó una birra que le lanzó una de las personas frente a tarima. En definitiva, el show no estuvo compuesto solo de música. 

A las 9:12 p.m. el cantante se despidió del público, pero no pasó mucho tiempo para que volviera a escena y tocara uno de sus éxitos: “Times Like These”. Los gritos de “otra, otra” no sobraron. Para este momento, solo estaba Jack y su guitarra en el escenario, con una luz sobre su cabeza que dejaba mostrar la paz con la que tocaba sus canciones. Luego comenzó a tocar complacencias que le pidió el público, pero aún faltaba la canción más cliché y amada de su repertorio.

Johnson decidió cerrar la noche con “Better Together”, el tema que una vez escribió para su esposa y que ahora suena en todas las bodas del planeta. Muchos sacaron su celular para grabar al artista y otros solo cerraron los ojos y cantaron con él las líneas de uno de los himnos de amor más famosos del mundo. Sin duda alguna fue un cierre apropiado y satisfizo a un público que de todos modos ya estaba contento. 

El paso del cantante y surfista por tierras costarricenses no se limitó al concierto, ya que también disfrutó de las olas de la costa nacional y participó de una siembra masiva de árboles en Playa Hermosa, junto a la organización Costas Verdes y varios funcionarios del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE). Johnson puede rajar con que dejó huella en Costa Rica.